Jubilación: el arte de elegir el momento oportuno para dejar de trabajar

En un mundo donde la esperanza de vida ha aumentado considerablemente desde que se establecieron las edades de jubilación nacionales, surge la pregunta: ¿cuál es la edad de retiro ideal para garantizar la salud y el bienestar de las personas? Expertos en salud y economía han comenzado a cuestionar las edades tradicionales de jubilación, argumentando que deberían ajustarse de acuerdo con la realidad actual.

Históricamente, las edades de jubilación se establecieron en torno a los 65 años en muchos países, como una medida política más que basada en la realidad demográfica y laboral. Sin embargo, estas edades se fijaron en una época en la que la esperanza de vida era considerablemente menor que en la actualidad.

En Argentina, el dilema de la edad de jubilación ha sido un tema de debate constante. Recientemente, se han propuesto cambios significativos en las leyes relacionadas con la jubilación.

A partir de la sanción en la Cámara de Diputados de la Ley de Bases y la Eliminación de la Moratoria, se busca modificar varios aspectos del sistema jubilatorio argentino. Uno de los cambios más destacados es la eliminación de la moratoria actual que permite que personas sin aportes accedan a la jubilación. Sin embargo, esta propuesta busca derogarla y reemplazarla con una nueva figura llamada Prestación de Retiro Proporcional.

La moratoria está dirigida a dos grupos: primero, a aquellos que, a pesar de haber alcanzado la edad jubilatoria (60 años para mujeres y 65 años para hombres), no completaron los 30 años de aportes requeridos por ley; segundo, a quienes aún no cumplen con la edad mínima de jubilación pero saben que no llegarán a los 30 años de aportes.

La Prestación de Retiro Proporcional establece que, a partir de los 65 años, aquellos que no hayan completado sus aportes recibirán un haber mínimo equivalente a la Prestación Universal al Adulto Mayor (PUAM). Esta prestación equivale al 80% de la jubilación mínima (considerando el refuerzo) y se ajusta según los años de aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).

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Respecto al impacto en la jubilación, de aprobarse la Ley de Bases en el Senado de la Nación, 7 de cada 10 hombres tampoco podrán jubilarse a los 65 años. En su lugar, deberán optar por una pensión no contributiva o una jubilación proporcional.

La alta informalidad laboral es uno de los motivos por los cuales se ha permitido la “adquisición” de aportes mediante moratorias.

Según datos proporcionados por Lucía Corsiglia Mura, socióloga, especialista en políticas sociales y docente de Seguridad Social en la UNLP, solo el 10% de las mujeres que alcanzan los 60 años de edad tienen los 30 años de aportes requeridos, mientras que solo el 30% de los hombres que alcanzan los 65 años cumplen con este requisito.

De acuerdo a lo que aportó, si se eliminara esta ley, el 90% de las mujeres y el 70% de los hombres que alcanzan la edad jubilatoria no podrían acceder a su jubilación, ya que no cumplirían con el requisito de los años contribuidos.

En resumen, la discusión sobre la edad de jubilación en Argentina sigue siendo relevante, y las decisiones legislativas tendrán un impacto significativo en la vida de los ciudadanos. Es fundamental estar informado sobre estos cambios para tomar decisiones financieras adecuadas en la etapa de retiro.

¿CUÁNDO ES EL MOMENTO?

Llegar a los 65 años para los hombres y 60 para las mujeres, con 30 años de aportes registrados, suele marcar el inicio de una etapa en la que muchos trabajadores se plantean si es el momento de jubilarse o si prefieren continuar en actividad laboral.

Para algunos, este momento representa el fin de una etapa laboral, la posibilidad de disfrutar de más tiempo libre, dedicarse a actividades recreativas, descansar y compartir más tiempo con la familia. Sin embargo, para otros, jubilarse implica una reducción significativa en sus ingresos y la pérdida de ciertos beneficios laborales.

La jubilación conlleva beneficios como tener más tiempo libre y recibir un pago mensual por no trabajar, lo que puede ser una oportunidad para dedicarse de lleno a la vida familiar y liberarse del estrés de las responsabilidades laborales diarias. Sin embargo, los ingresos suelen ser menores, especialmente si la jubilación depende únicamente de la pensión pública y no se cuenta con un ahorro importante. Además, dejar de trabajar puede implicar perder el contacto con los compañeros y el entorno laboral, especialmente si la vida social está muy ligada al ámbito profesional.

Para aquellos que desean continuar trabajando después de cumplir la edad jubilatoria, existen opciones. Retrasar el retiro puede ser una decisión acertada en algunas profesiones, siempre y cuando la salud y la situación económica lo permitan. Al continuar trabajando, es importante tener en cuenta que la antigüedad en la empresa se reinicia, y si en algún momento el empleador decide prescindir de los servicios del empleado, este tendrá derecho a una indemnización desde la fecha de jubilación.

En Argentina, el dilema de la edad de jubilación ha sido un tema de debate constante

Además, al hacer efectiva la jubilación, la cobertura de salud pasa a estar a cargo de PAMI o de la obra social correspondiente, aunque el empleador podría seguir brindando una cobertura de salud superior a la que tendría el empleado jubilado, no está obligado a hacerlo.

Una pregunta frecuente entre los trabajadores que alcanzan la edad jubilatoria es si están obligados a jubilarse o si pueden seguir trabajando sin perder beneficios. Según la abogada previsionalista Silvia Arce, consultada por Clarín, las intimaciones a jubilarse por parte de las empresas a los empleados están reguladas por el Artículo 252 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT).

“El empleador no puede obligar al empleado a jubilarse, solo puede intimarlo a que inicie los trámites”, explicó Arce. Los trabajadores tienen la libertad de decidir si desean jubilarse hasta los 70 años, salvo en el caso de empleados del Estado, que deben hacerlo a los 65 años. Desde la intimación y la entrega de la certificación de servicios, el trabajador tiene un año para jubilarse.

La norma establece que cuando un trabajador cumple con los requisitos para jubilarse y alcanza la edad de 70 años, el empleador tiene la facultad de intimarlo e iniciar los trámites correspondientes. Además, el empleador debe proporcionar al trabajador los certificados de servicio y remuneraciones necesarios para su solicitud de jubilación.

UNA SITUACIÓN PARTICULAR EN EL MUNDO

En un artículo reciente de NYTimes, Gal Wettstein, economista investigadora senior del Centro para la Investigación de la Jubilación del Boston College, analizó la edad y el potencial de empleo en un estudio sobre la esperanza de vida laboral de las personas. Descubrió que los estadounidenses que gozan de buena salud a los 50 años pueden esperar aproximadamente 23 años más sin discapacidad, y unos ocho años más viviendo con discapacidad, lo que da una expectativa máxima de vida laboral de aproximadamente 73 años.

Estos datos sugieren que la edad de retiro ideal debería ajustarse según la salud y las capacidades individuales de cada persona. “No hay duda de que al alargarse la expectativa de vida, también aumentó la capacidad de trabajar”, dijo la Dra. Wettstein.

Los expertos consultados también señalan que el tipo de trabajo desempeñado puede influir en la edad de retiro ideal. Mientras que algunas personas pueden trabajar cómodamente hasta los 70 años o más, otras cuyos trabajos son más físicamente exigentes pueden necesitar retirarse antes. “Hay individuos que realizan trabajos manuales, con lo cual a los 65 años realmente no los pueden continuar haciendo porque son muy desafiantes”, explicó el Dr. Pinchas Cohen, decano de la Escuela de Gerontología Leonard Davis de la Universidad del Sur de California.

Además, factores como la raza y el género también pueden influir en la edad de retiro ideal. Según la investigación de la Dra. Wettstein, a los 50 años, los hombres negros tienen una esperanza de vida laboral de aproximadamente 17 años más, mientras que las mujeres blancas podrían seguir trabajando durante 24 años más. Esto sugiere que las políticas de jubilación deben tener en cuenta estas diferencias para garantizar la equidad.

“Cuando se trata de estos estilos de trabajo, la jubilación puede mejorar la salud”, comentó la Dra. Lisa Renzi-Hammond, directora del Instituto de Gerontología de la Universidad de Georgia. “Si el trabajo es físicamente dañino y genera estrés y problemas para dormir, entonces retirarse es excelente”.

Además de consideraciones individuales, el aspecto financiero también juega un papel importante en la determinación de la edad de retiro ideal. En muchos países, como los Estados Unidos, el sistema de seguridad social se enfrenta a desafíos financieros debido al envejecimiento de la población. Aumentar la edad de retiro podría ayudar a mitigar estos desafíos, permitiendo que las personas continúen contribuyendo al sistema por más tiempo y reduciendo la cantidad de tiempo que dependen de los beneficios de jubilación.

Sin embargo, aumentar la edad de retiro no es una solución universal. Algunos argumentan que, si bien puede ser beneficioso para la salud y el bienestar de algunas personas, otros pueden no estar físicamente capacitados para trabajar más allá de cierta edad. Por lo tanto, cualquier cambio en la edad de retiro debe tener en cuenta las necesidades individuales de los trabajadores.

En resumen, la edad de retiro ideal debería basarse en la salud y las capacidades individuales de cada persona, así como en el tipo de trabajo que desempeñan. Además, las políticas de jubilación deben tener en cuenta las diferencias raciales y de género para garantizar la equidad y el bienestar de todos los trabajadores. En un mundo en el que la esperanza de vida sigue aumentando, es hora de repensar las edades de jubilación tradicionales y adaptarlas a la realidad actual.

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