* Por FACUNDO ACHE (fache@eldia.com)

Un alivio tremendo. Eso sintieron los hinchas de Gimnasia cuando aún el partido no había terminado. Es que la imagen del equipo en el complemento dio un giro de 180 grados. Si el primer tiempo fue más de lo mismo con el agravante de que casi no había pateado al arco, ya desde el inicio de la parte final el Lobo de Madelón se mostró mucho más ambicioso y terminó redondeando una actuación que todos en el Bosque esperan que sea una bisagra en un final de Copa durísimo.

La victoria tiene nombre y apellido: Matías Abaldo. Si Leonardo Madelón tiene sus méritos en la búsqueda de un conjunto intento, con las líneas cortas y al que había que recuperar anímicamente, el ingreso del extremo uruguayo fue para los triperos “amor a primera vista”. Una pelota ganada en la altura hacia el medio para el empate de Tarragona y el 2 a 1 con una gran definición construyeron un debut inolvidable para el juvenil de 19 años.

Fue un partido intenso, trabado, con más marca que juego. También con imprecisiones. Madelón se inclinó por parar un esquema 4-4-2 asimétrico, con Steimbach más contenido y cerrado para la subida de Guillermo Enrique, mientras que por el sector opuesto Benjamín Domínguez fue más extremo que mediocampista.

Más allá de las variantes posicionales, Gimnasia sufrió como en partidos anteriores para alejar el peligro del área propia. Así, Tomás Durso le tapó a Claudio Aquino una pelota de gol que el propio arquero no había podido alejar con un puñetazo.

El Lobo trató de tener juntitas las líneas, no dar espacios y ser un equipo combativo, aún sin tener un juego asociado. Por eso, dependió de los arrestos individuales de Benjamín Domínguez, Cristian Tarragona y Eric Ramírez. Aún así, se mostró peligroso para la contra cuando Vélez pudo manejar la pelota.

Tanto fue el nervio en el campo de juego que en poco más de media hora hubo seis amonestados, tres por lado. Claro que la conducción de Mastrángelo colaboró para que hubiera más de una discusión entre los jugadores. El partido tuvo mucha lucha y escasas llegadas. Alexis Steimbach, en un córner mal defendido por la visita, alcanzó a pegarle débilmente, un balón fácil para Gastón Gómez.

Todo cambió con un ataque de Vélez desde la derecha, con un centro que conectó Braian Romero con un gran cabezazo a los 40 minutos del primer tiempo para poner el 1 a 0 en el Bosque. Un baldazo de agua helada para todo Gimnasia.

Sobre la hora, casi el propio Romero liquida la historia con una combinación que terminó en un remate del delantero que se fue pegado al palo derecho del arco albiazul.

La ventaja a favor del equipo de Sebastián Méndez modificó los planes de Madelón, que ya no tuvo el cero en el arco propio. Ir a buscar para este equipo significa exponerse, porque los rivales encuentran muy fácil los espacios. Algunos silbidos bajaron desde las tribunas al final del primer tiempo. Al Lobo otra vez se le hizo el partido cuesta arriba porque, como siempre, le convirtieron el primer tanto, más allá de las virtudes de Pizzini en el centro y de Romero en el cabezazo.

Para el segundo tiempo, Madelón incluyó a Matías Abaldo por Steimbach, una variante más ofensiva. En su primera acción, el charrúa metió un buen centro desde la derecha y marcó que el Lobo se iba a plantar más adelante en el terreno de juego.

Esa búsqueda tuvo premio al inicio del segundo tiempo. Un centro de Rodrigo Gallo, ganó en el segundo palo el uruguayo Abaldo que la metió de cabeza al medio del área y Tarragona la empujó para el 1 a 1, un gran desahogo para los hinchas.

El Lobo aprovechó su mejor momento en la Copa de la Liga y el uruguayo Matías Abaldo tuvo su debut soñado. Fue a una pelota larga, dejó en el camino al arquero y definió suave para dar vuelta el partido. Un puñado de minutos, una asistencia y un gol para una presentación impactante de Matías Abaldo.

Cambió el partido. Se electrificó el ambiente y el Tripero se hizo dueño del partido. Creció Ramírez, el uruguayo siempre se mostró peligroso. Enrique tuvo el tercero, pero su remate débil se fue contra el caño izquierdo de Chila Gómez.

Eric Ramírez sorprendió con un remate de 40 metros que no se fue lejos del arco. Fue la última del delantero, reemplazado por Franco Soldano. Además el Pata Castro ingresó por el uruguayo Saravia, sentido. Vélez salió en busca del empate y se encontró con un Gimnasia sólido y ordenado. Cerca del final, Pablo De Blasis entró por Tarragona, el autor del empate tripero.

El Lobo ganó un partido clave. Un impacto anímico vital que pocos hinchas imaginaron al cabo del primer tiempo, cuando el equipo había mostrado más de lo mismo. Lo dio vuelta y lo disfrutó todo el pueblo tripero, que vivió un desahogo tremendo.

Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2023-9-14-4-5-48-gimnasia-demostro-que-sigue-vivo-con-un-triunfo-barbaro-deportes