En un partido entretenido pero con altibajos, Gimnasia no logró sostener el buen juego de los primeros minutos ni la ambición del tramo final de la primera etapa y Tigre, con su mejoría en el segundo tiempo, llegó al empate. Por eso el Lobo pasó a depender más de Ledesma que de las buenas individualidades de la primera parte.
No se terminaba de armar el partido con un incipiente dominio de Tigre, cuando a los 6 minutos Juan de Dios Pintado envió un centro al segundo palo, con la comba perfecta para el frentazo de Norberto Briasco que puso el 1-0. Sin chances de mensurar merecimientos, el Lobo volvió a arrancar en ventaja con un buen gol.
Con buena presión en la salida, circulación de pelota y algunos movimientos mecanizados más que interesantes, Gimnasia creció en el juego. Y, a pesar de ciertas desprolijidades, supo controlar a Armoa y Maroni, los encargados de generar fútbol en el local. Incluso, Rodrigo Castillo tuvo un buen movimiento en la puerta del área pero su remate, bien dirigido, rebotó en un defensor y quedó en la nada, aunque podría haber sido una acción de sumo riesgo.
Sintió el golpe el equipo de Domínguez y Gimnasia casi consigue el segundo tanto cuando el arquero Zenobio alcanzó a sacar por encima del travesaño un remate de Juan de Dios Pintado, vital en el juego ofensivo del equipo.
Blas Armoa, con un remate alto, avisó para el local en la primera llegada con cierta entidad. Y Ledesma le metió el manotazo a una pelota que Maroni pinchó al segundo palo buscando una cabeza amiga. Fueron avisos de un Tigre que le ganó la pelota y las riendas del partido al equipo tripero.
Pasados los 20 minutos, Tigre se hizo amigo de la pelota. El Lobo armó un bloque defensivo y quedó agazapado a la espera de una salida rápida de contra. Zenobio le ganó a Abaldo tras una muy buena asistencia de su compatriota Pintado, en una de esas buenas acciones colectivas triperas de los primeros 45 minutos.
En la búsqueda de esa pelota rápida, Briasco le metió una pelota hacia adentro a Matías Abaldo, que no alcanzó a controlar bien cuando quedaba mano a mano con Alan Sosa, el ingresado arquero del conjunto local. Otra vez lo tuvo Abaldo, tras un centro de Pintado, que obligó a la volada de Sosa para sacar la pelota al córner. Y después, Martín Fernández no pudo darle fuerza al cabezazo que buscó el caño izquierdo. Y dentro de esa practicidad de los minutos finales, David Zalazar también buscó de cabeza y encontró bien parado a Sosa.
Norberto Briasco, que en Victoria convirtió su primer tanto con la casaca azul y blanca, no tuvo una noche ideal porque sintió una molestia en un aductor -¿habrá parado a tiempo?- y fue reemplazado por David Zalazar. Una mala noticia para el Lobo más allá del partido de anoche.
En el tiro del final, tras un error defensivo, Florian Monzón tuvo el empate pero su remate se fue demasiado alto. De todos modos, la imagen del Lobo creció en los minutos finales para dejar atrás el bache de la mitad de la etapa. En el segundo tiempo, el que no tuvo margen para acomodarse fue el Lobo. Una pelota bien puesta al corazón del área encontró el buen movimiento de Tomás Galván, quien de media vuelta puso el 1 a 1.
Lo tuvo Zalazar, quien remató alto entrando por izquierda tras una buena pelota de Castillo. Así quedó desde temprano el partido, con el manejo de la pelota de Tigre y la salida rápida del Lobo.
Sin Garayalde en buen nivel, con Castro desgastado, el medio de Gimnasia sufrió el partido y le permitió al Matador sentirse el dueño del encuentro. Al equipo de Méndez la pelota no le duraba y Gonzalo Maroni hizo descalabros cada vez que encaró con pelota dominada. Por eso, Pablo De Blasis ingresó en lugar del “Pata”, que salió sentido, debutó Augusto Max en lugar de Garayalde y Juan Cruz Esquivel entró por Matías Abaldo.
Con los cambios, el Tripero logró un mayor control del balón. Y coincidió con las salidas de Galván, Armoa y Maroni, picantes, peligrosos pero ya extenuados. Igualmente, junto a Pitín Cardozo, fueron de lo mejor del conjunto local, especialmente Maroni.
Ledesma agigantó su figura cuando achicó muy bien y le sacó abajo a la derecha un buen remate a González que era el segundo tanto de Tigre. El local terminó apurando nuevamente contra el arco albiazul, pero no encontró claridad. Y así, el 1 a 1 terminó siendo un resultado que se ajustó a la realidad de la noche de Victoria.
Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2024-9-15-3-35-1-al-lobo-un-tiempo-no-le-alcanzo-para-la-victoria-deportes
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