Vélez fue mucho para este alicaído Estudiantes, que otra vez como visitante mostró su peor versión: tercera derrota consecutiva en esta condición. Fue 2-0 anoche en Liniers, ante la curiosa mirada de Foster Gillett que además de los millones de dólares que invertirá en UNO y obras en el Country tendrá que destinar otros varios en reforzar al plantel, sin grandes figuras y con jugadores ya con largo recorrido. Este mercado de pases, a esta altura, resultó ser de los peores de los últimos años: los que se fueron eran mucho mejores que los que llegaron.

El equipo de Eduardo Domínguez no pudo dejar atrás su mala racha: sumó apenas 2 puntos de los últimos 18 en juego. Peor es el nivel mostrado en todas sus líneas, con errores que un equipo de la jerarquía del Fortín no perdonó.

El partido arrancó con el ritmo de Vélez que impuso sus condiciones en los primeros instantes. Desde el minuto 0, el local mostró sus credenciales y por eso a los 11 minutos anotó el primer gol de la noche, cuando Brian Romero aprovechó el blooper de Matías Mansilla, que se resbaló cuando le dieron un pase atrás. El Pincha sufrió la presión y movilidad del puntero del campeonato.

Estudiantes comenzó el partido con una defensa de cuatro jugadores, con Sebastián Boselli por derecha y Lolo con Facundo Rodríguez como centrales. Pero el problema lo empezó a sufrir en el medio porque Ascacibar ni Enzo Pérez podían agarrar la pelota y por las bandas no fueron Pablo Piatti y Tiago Palacios los que mejor sintieron el ritmo del partido. Tardó por lo menos 25 minutos para apagar el ritmo inicial como para llegar con la pelota dominada al área rival. Fue Edwuin Cetré el que intentó generar algo por la derecha y desde allí llegaron el remate desde afuera de Boselli y un centro para el cabezazo de Lollo a las manos de Marchiori.

Pero Estudiantes fue un equipo demasiado lento, previsible y carente de una idea de juego para este Vélez que una vez recuperada la pelota voló al área de enfrente con Thiago Fernández, Pizzini y Claudio Aquino. Fue 1-0 pero bien pudo haber sido mayor la diferencia. Un tiro libre en el travesaño y varios remates con destino de gol expusieron las diferencias entre un equipo y otro. El Pincha dejó mucho que desear en ese primer tiempo porque es verdad no tiene objetivos inmediatos pero no puede permitirse dejar una imagen tan pobre. Ni siquiera lo salvaba si Guido Carrillo convertía el empate de cabeza en el final de ese período. Ni siquiera la que Valentín Gómez despejó en la línea tras definición mano a mano de Piatti.

El segundo tiempo se jugó más golpe por golpe que en el primer tiempo. Estudiantes, sin cambios en el arranque, se paró unos metros más adelante. Manejó más la pelota que en los 45 iniciales porque Palacios supo encontrar su mejor lugar en la cancha, más cerca de Piatti y Carrillo. Es verdad que quedó a merced de que una contra lo dejase más lejos en el resultado pero era un riesgo que debía correr si quería empatar.

El local sintió el cansancio por el ritmo del primer tiempo. Y cuando Estudiantes podía empezar a atacar por las bandas Domínguez cambió a sus dos laterales. Y ya con Neves, José Sosa y el pibe Fabricio Pérez fue a buscar un premio en los últimos 10 minutos. No estuvo cerca de eso más allá de dominar territorialmente. Y pagó muy caro un nuevo error en la salida: un pésimo pase de Lollo que le regaló el gol a Brian Romero, de perfecta definición ante Mansilla.

El equipo perdió entusiasmo, precisión y juego. Un claro retroceso de cara a la final del 21 de diciembre que podría ser ante el rival de anoche que en mayo casi le amarga la final y ayer le sacó varios campos de distancia. Luz amarilla y roja que deberá solucionar en menos de tres meses con poco material a mano.

Nota publicada originalmente en: https://www.eldia.com/nota/2024-9-24-3-22-39-sigue-en-caida-libre-deportes