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Toda la semana |¿CUÁNDO ES TIEMPO DE QUE EMPIECEN A TENER CIERTA INDEPENDENCIA?

Crianza; adolescentes: cómo enseñarles a ser más autónomos

Ir solos a la escuela, armar sus propios planes son todas nuevas situaciones que requieren diálogo y acompañamiento por parte de la familia

Crianza; adolescentes: cómo enseñarles a ser más autónomos

Más allá del acompañamiento, los jóvenes merecen espacio / Web

Cecilia Famá

Cecilia Famá
vivirbien@eldia.com

11 de Junio de 2023 | 08:52
Edición impresa

Los tiempos que corren hacen que sea cada vez más difícil enseñarles a nuestros hijos a ser independientes y autónomos. ¿Pueden ir solos a tomarse un colectivo para ir a la escuela o para volver a casa? ¿Cuándo es propicio? ¿A qué edad? ¿Llevan celular? ¿Y si se los roban? Son muchos los interrogantes que nos hacemos los padres de hoy. Por un lado, queremos darles esa auto confianza que necesitan desarrollar y ayudarlos a crecer, pero por el otro, tenemos muchísimos temores, que van desde un eventual robo hasta algo más grave que pueda ocurrirles.

“Muchos peligros son reales, pero muchas otras veces, hay que decirlo, nos generamos una paranoia que asfixia. Después de todo, ¿quién no tendría miedo a partir de las cosas que se ven en la televisión o las que se leen en los diarios?”, expresa Laura Lewin, autora, capacitadora y oradora TEDx, quien ha publicado numerosas obras, entre las cuales se encuentra “Fuertes y Felices, el manual que no te entregaron cuando tuviste hijos”, de editorial Bonum.

“Lo primero que debemos preguntarnos es si nuestro hijo está preparado para hacer determinadas cosas solos. ¿Quiere ir en forma independiente a la escuela? ¿Sabe dónde vivimos? ¿Sabe la dirección y el teléfono de casa o de sus padres? ¿Es lo suficientemente independiente para animarse? ¿Podría y sabría pedir ayuda en caso que fuese necesario?”, dice la experta.

Maria Alejandra (42) es mamá de Conrado (12) y Tomás (9). La pedagoga explica que ella, a esa edad, ya resolvía muchos asuntos propios de manera independiente. Sin embargo, hoy en día le cuesta trasladar ese tipo de crianza que recibió a sus hijos.

“Yo a la edad de ellos, ya iba a la odontóloga sola, tomando el micro de ida y vuelta. También iba dos veces por semana caminando sola a inglés, que me quedaba a tres cuadras de casa. Y en la secundaria, desde primer año, me manejé yendo con mis amigas del barrio. Mis padres solo me llevaban si estaba lloviendo”, recuerda.

“Hoy mis hijos no hacen absolutamente nada sin que su papá o yo los llevemos. Ya sea caminando o en nuestro auto, los llevamos y traemos de la escuela, del club, de la casa de un amigo o adonde vayan. Por un lado, los siento chicos para enseñarles a hacerlo solos y también tengo temor de que les pase algo. Voy tomando conciencia de que el más grande, que tiene 13, ya podría moverse solito para algunos lugares, pero siento que le cuesta. Por ejemplo, mis padres viven a cinco cuadras de nuestra casa, pero él aún no se orienta sobre para dónde debe dirigirse para ir, adonde doblar. Lo hemos hecho muchas veces, pero no le resulta simple”, confiesa la mamá.

MOVERSE SOLOS

Empezar a “soltarlos” no es fácil. Ese bebé que teníamos en nuestros brazos un tiempo atrás y, que llevábamos de la manito al jardín, hoy ya va al secundario, le va cambiando la voz, nos va alcanzando en altura... Y sin embargo, nos cuesta darles alas. Si no nos sale naturalmente, somos los padres los primeros que tenemos que aprender cómo hacerlo para luego transmitirles la confianza de la mejor manera.

Lewin ofrece unos consejos para comenzar a darles autonomía en la ida a la escuela, por ejemplo. “Como en todo, debemos comenzar de manera gradual. Los acompañamos hasta la parada algunas veces, nos subimos al colectivo con ellos, y lentamente los vamos dejando tomar la iniciativa”, sostiene.

Si la escuela está cerca y se va caminando, las primeras veces les marcamos el camino y las otras, hacemos que ellos nos guíen.

¿A partir de qué edad es prudente intentarlo? “A partir del momento en que ellos se sientan confiados. Que un compañero ya vaya solo al colegio a los 12 años, no significa que nuestro hijo también pueda o deba hacerlo. La independencia no se apura. Debemos esperarla”, asegura la experta.

“De a poco vamos dándoles más libertad: los acompañamos a la parada pero ya sin subirnos al colectivo, después los vemos desde la puerta de casa, y así hasta que viajar solos sea un hábito para ellos. Que se reúnan dos o tres niños para emprender un viaje de ese estilo, es una gran ventaja. El apoyo y la compañía de sus pares siempre serán una gran ayuda”, dice Lewin.

EL TIEMPO DE LOS PLANES SOLOS

“Mamá, el sábado tengo un cumple a la noche”. “Papá el finde que viene hay una matiné en el club”. “Con los chicos del colegio alquilamos una canchita el martes a la tarde”. “Después de la escuela vamos a ir a comer unas hamburguesas al centro”. Nuestros “hijitos” ya son seres sociales y van armando planes en forma autónoma, ya sea porque se ven en los ámbitos educativos y/o de esparcimiento o porque les dimos una herramienta que ya les dio mucha autonomía para ello: el celular, la play, la tablet o cualquier dispositivo mediante el cual se comunican y coordinan cosas con sus amigos.

¿Qué hacemos? “Antes de que los chicos y chicas ganen autoconfianza, lo primero que debemos hacer es tenerles confianza nosotros. Eso es fundamental. Nuestros hijos pueden y deben crecer, socializar, iniciar el camino de ser seres autónomos”, asevera la psicóloga infantil Magali Rosatti.

 

“Lo primero que debemos preguntarnos es si nuestro hijo está preparado para hacer determinadas cosas solos

Laura Lewin,
autora, capacitadora y oradora TEDx

 

“Empezar a ‘soltar” es habilitar esos ‘planes’ enseñándoles la responsabilidad de cuidarse, cuidar sus pertenencias y de comportarse civilizadamente, con todo lo que la palabra implica. Cuidados al cruzar la calle, con el manejo del dinero, con el comportamiento hacia los demás. Van creciendo y es bueno seguir recordándoles eso que suponemos que ya aprendieron en casa o en la escuela. Es cierto que ellos también actúan en reflejo viéndonos a nosotros actuar, pero es de gran importancia hacerlo palabra y reafirmar que comprenden lo que les estamos diciendo”, agrega la licenciada.

“Que hacer planes les resulte un goce, un disfrute. Que vayan viendo que ser más autónomos los lleva a ser felices es importantísimo, porque no todo es carga y responsabilidades”, dice Rosatti.

“Decirles ‘que hermoso fin de semana tuvimos: hiciste tal cual cosa; pudiste hacer esto otro... Qué bueno, cómo te sentiste? Son todas formas de estimular la autonomía desde el costado del disfrute y no solo desde la sobreprotección y nuestros temores. Que sean independientes es bueno para ellos; es parte de su crecimiento”, sostiene.

CÓMO ENFRENTAR LOS MIEDOS

¿Qué pasa cuando el miedo nos paraliza o nos cuesta soltarlos? “Resolverles la vida a nuestros hijos no es ayudarlos, es incapacitarlos. Es no permitirles convertirse en ellos mismos”, subraya Lewin.

“Ningún padre quiere que su hijo sufra. El problema es que, cuando el adulto se preocupa excesivamente por su hijo, le saca la posibilidad de desarrollar herramientas esenciales para poder hacerle frente a la realidad que le toque vivir en el futuro”, añade.

“Cuando sobreprotegemos a nuestros hijos, creyendo que ellos no pueden por sí mismos, los despojamos del poder de decidir, de utilizar su razonamiento, de poder tomar decisiones. En vez de ayudarlos a crecer, los hacemos más chiquitos, y los niños terminan con más inseguridades, miedos, angustias, e incapaces de avanzar por sí solos”, sostiene la autora.

Además, les cuesta asumir la frustración o reconocer sus errores.

“Y no solo eso: el adulto también termina agotado. No solamente vive su vida, sino también la vida de su hijo. Debemos brindarles a nuestros hijos las herramientas socioemocionales que los ayudarán en su vida adulta: la resiliencia, la flexibilidad, el poder adaptarse, entre otras. Los niños nacen con una motivación natural para explorar y aprender. Aprendamos a no estar pendientes de ellos en exceso, a dejarlos explorar y a equivocarse. Esto es confiar en que van a hacer un buen uso de la libertad que les damos”, finaliza Lewin.

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